top of page
Levedad .jpg

MÁQUINAS NATURALES

Lo que vemos en esta serie nos invita a repensar los límites y las conexiones entre lo natural y lo mecánico, desplegando un universo plástico donde cada pieza de arte es una máquina natural en sí misma: un sistema vivo que dialoga con la tierra, con el tiempo y con la memoria planetaria.

MUESTRA INDIVIDUAL

Curaduría por:
Liliana Hernández

Inauguración
Jueves 28 de agosto
5:00 a 8:30 p.m.

Casa Tragaluz

Exposición abierta hasta septiembre 24 de 2025

El aparato natural configura un entramado vital en contraste con la rigidez de un artificio mecánico, lo biológico ejecuta funciones precisas y esenciales para la continuidad de la vida. Lo observamos en la germinación de una semilla, en el ciclo de una gota de agua manifestada en océanos, en los ríos, en la caída libre de las cascadas, en la erupción de un volcán dejando atrás el sedimento, en la polinización de una flor por un insecto o en la migración de las aves, todos como fenómenos y tecnologías que operan con la exactitud de un mecanismo, pero con la sutileza y adaptabilidad propias de lo viviente. Son artefactos sin engranajes visibles, diseñados por la naturaleza a lo largo de millones de años para sostener el equilibrio del todo.

En este sentido los macro y micro paisajes no son escenarios inanimados, sino una cadena activa operada por múltiples métodos naturales que, interactúan en perfecta transformación y en correspondencias particulares. Reconocer estas estructuras como dispositivos integrales implica aceptar que el mundo vivo funciona con lógicas de diseño, interconexión y eficiencia, sus códigos no están trazados rígidamente, sino inscritos en una arquitectura flexible y secreta de lo existente, por ejemplo: en  las fibras y sustratos que respiran, en la savia que asciende de la profundidad terrosa y circula en las nervaduras de una hoja, en la vibración del agua, lo mismo en la nube,  en la densidad de la tierra,  en la solidez milenaria de las rocas, en el pulso de las mareas y en la erosión silenciosa del viento sobre la piedra. Todos estos milagros biológicos, son símbolos elementales que expresan una danza de los estados sólido, líquido y gaseoso, expandiendo raíces invisibles en relación con lo humano y lo derivado de su inteligencia.

 

En Máquinas Naturales, la arquitecta y artista Paula Toro, despliega un desarrollo multidisciplinar con el cual, todo artista está llamado a cumplir según las lógicas contemporáneas del arte y su formalización. 

Su actual muestra individual reúne cuarenta y dos obras compuestas por diversos medios de expresión plástica y digital, incluyendo dibujo, fotografía, pintura, procesos digitales, instalación, grabado y collage. 

Esta pluralidad creativa se despliega como un amplio abanico de lenguajes técnicos que otorgan a su obra una dimensión expansiva, donde la observación y el análisis del entorno son esenciales. Paula traduce una profunda relación entre naturaleza, tecnología y memoria visual, explorando con mirada de expedicionaria botánica los archivos de la vida biológica y los territorios intangibles, líquidos y volátiles de la era de altos tecnicismos. En su proceso, la espacialidad se construye de forma análoga al funcionamiento de las inteligencias artificiales generativas: parte de un archivo visual cotidiano —recogido en caminos urbanos, paisajes rurales o en la vastedad de internet— que almacena en su teléfono, iPad, libretas de apuntes o mediante la recolección de patrones vivos. Cada elemento elegido se transforma en hecho artístico y entra en un laboratorio que amalgama fragmentos del mundo, tejiendo asociaciones consecuentes de evocaciones visuales.

Sus obras pueden remitir a la estructura cartesiana de tradición, pero habitando el espacio intangible del no lugar de una pantalla, donde esa maquina natural  visible o invisible coexiste y se entrelaza en su profundo silencio; la tecnología y los medios artísticos análogos se convierten en un paisaje contemporáneo, en un territorio donde se cruzan la experiencia natural y la artificialidad tecnológica 

Lo que vemos en esta serie nos invita a repensar los límites y las conexiones entre lo natural y lo mecánico, desplegando un universo plástico donde cada pieza de arte es una máquina natural en sí misma: un sistema vivo que dialoga con la tierra, con el tiempo y con la memoria planetaria. En este escenario, la inteligencia artificial no es solo una herramienta, sino una extensión de este ciclo vital, una semilla digital que abre caminos a futuros mundos posibles. La obra de Paula invita a transitar ese espacio suspendido entre lo orgánico y lo artificial, proponiendo una poética sobre las máquinas naturales que operan en el corazón mismo de la gran matriz de la vida.  

Liliana Hernández Curadora

Plecto Espacio

Miami, Flórida, agosto 2025

bottom of page